Durante años pensé que los retratos y las caricaturas eran algo super complicado y que se me daba fatal, hasta que tuve que hacer una para un encargo. Al final es como todo, una vez te pones, terminas pillando algún truco y lo acabas sacando. Ahora es algo que incluso me gusta. El efecto de la cartulina marrón y las luces en blanco dan un resultado muy llamativo.